‘Conozco tus secretos‘ (Playa de Ákaba, 2017) es un libro de relatos sobre los rincones más oscuros del alma del ser humano. Un conjunto de obras de gran valor literario que, en algunos casos, tendrán en el lector un efecto de puñetazo seco en el estómago, como si cortara la respiración por la crudeza de lo escrito. Pero al mismo tiempo, provocando una sonrisa en los labios, porque la crudeza de los secretos de los protagonistas es ficción. Y de la buena.
Este libro de la escritora Jimena Tierra (quien no haya leído su novela ‘Equinoccio‘, publicada por esta misma editorial en 2016 y que ya va por la tercera edición, que lo haga, por favor) no va a defraudar a los lectores. En algunos casos los relatos son cortos, casi efímeros, pero su poso es fuerte, intenso, firme. Dejan casi un mal sabor de boca pensando en la posibilidad de que sean reales.
Esto es cierto, pero lo es más que este conjunto de relatos engancha, de ahí que a pesar de que no haya microrrelatos, los que son de un par de páginas dejan ganas de más. Como las buenas obras de misterio, con toques de terror, que provocan en el lector las ganas de pasar la página y ver la continuación del relato porque el final no puede ser así. Sin embargo, lo es. Como una muerte fulminante: en un momento acaba todo y ya no hay más después.
¿O sí? Eso sólo lo saben los que hayan vuelto de la muerte -no hay muchos casos acreditados, dicho sea de paso-. Más factible es dar una opinión acerca de qué ocurre, de qué conclusión se saca al leer, degustar incluso, como un buen plato, ‘Conozco tus secretos‘: una sonrisa. El misterio no sólo deja una sensación de congoja al leer cómo los personajes ríen en situaciones en las que lo más lógico es llorar. El misterio, bien escrito, dibuja sonrisas en las caras de los lectores.
Una sensación de querer decirle a la autora que en el fondo de su alma de escritora hay un poso de maldad por dejar al lector con ganas de más. Maldad de la buena, no de la mala, si se permite el juego de palabras. El lector que aprecie el libro, posiblemente, perdonará dicho juego, al tiempo que al leer ‘Conozco tus secretos‘, con guiño incluido a la novela ‘Equinoccio‘, sentirá cómo a veces la respiración se le corta por una milésima de segundo con los finales de algunos de los relatos. Con otros se sentirá identificado por las dudas y problemas de los protagonistas -como los que tiene Gloria en el relato ‘Conozco tu secreto’, de los más largos del libro.
Como también sentirá lástima y compasión, y fruncirá el ceño de rabia con los destellos de violencia escondida, invisible, existente en tantos hogares españoles que por culpa de esta violencia no son hogares, sino cárceles de las que hay que ayudar a salir a sus prisioneras. Igualmente, se preguntará si es posible que los niños sean capaces de albergar tanta maldad en su interior, como en los relatos ‘Esos ángeles perversos’. En este caso, permitan otra referencia televisiva, las niñas recuerdan mucho a dos pequeñas rubias de la serie ‘The Walking Dead’.
‘Conozco tus secretos‘ es una serie muy interesante de relatos que usted, lector, debe tener entre las manos y saborear poco a poco. Es un libro de 156 páginas, no se hace pesado, pero no tenga prisa en devorarlo. Vaya disfrutando de los relatos, piense en las ironías de la justicia divina -aun siendo reprobable- del relato ‘Mi marido es perfecto’, por ejemplo: sí, se lo tiene merecido. O no, no lo merece viniendo su destino final de quien viene. El lector juzgará.
Piense en adónde irán los protagonistas de ‘Escombros’; en cómo está sumido en la oscura soledad el niño de ‘La espada del samurái’, en su indefensión; en cómo puede ser tan perro el protagonista de ‘La ceguera del perezoso’; en por qué la protagonista de ‘La caja primaveral’ piensa que “no se trataba de morir (…) Se trataba de desentenderse de la vida”.
Pero, por favor, no se desentienda de la lectura ni de este libro de relatos, ‘Conozco tus secretos‘. Descubrirá cosas, facetas del ser humano, que tal vez desconocía. Otras que seguramente conoce, por desgracia. Pensará en sus secretos, que todos los tenemos. Y disfrutará de la lectura.
Escrita por Jesús de Matías Batalla.